La felicidad es un estado de ánimo o sensación de plenitud y realización personal donde percibes la vida de forma positiva y placentera.
Qué es ser feliz
Es una emoción que podemos alcanzar a diario. No tiene por qué ser una fantasía si utilizamos los métodos cuya eficacia ha sido científicamente probada.
Como dice esta frase sobre la felicidad:
“La felicidad es siempre la misma, pero la infelicidad puede tener variaciones infinitas, como también dijo Tolstoi. La felicidad es una alegoría, la infelicidad una historia. Haruki Murakami”
Los gurús del desarrollo personal llevan décadas tratando de conocer el secreto o ciencia de la felicidad.
En los últimos años han aparecido novedosos estudios científicos al respecto. La Universidad de Pensilvania ha establecido un grado universitario sobre la felicidad, y la Universidad de Edimburgo ha ido un paso más allá: los académicos A. Weiss y T. C. Bates, en su tratado «La felicidad es algo personal«, han identificado los factores que determinan nuestra felicidad.
La felicidad depende en:
- un 50% de nuestros genes. Así que, ¡ten cuidado con los padres que elijas! 😉
- un 8-10% de factores ambientales, como el dinero, el estatus social, la apariencia física, etc.
- un 40%.. depende de… TI MISMO.
Exactamente, el 40% de tu felicidad depende de la forma en la que piensas y afrontas la vida. Por desgracia, de momento, no podemos cambiar nuestros genes (a lo mejor en el futuro se legalizan los seres humanos transgénicos, quién sabe).
En este artículo te propongo 5 formas científicas de aprovechar ese 40% de felicidad que depende sólo de ti mismo.
5 consejos prácticos para ser feliz
- Encuentra un propósito en la vida
De acuerdo con el famoso psicólogo y escritor estaduonidense Dr. Martin Seligman, fundador de la Psicología Positiva – una nueva rama de la psicología que estudia lo que hace a las personas que se sienten realizadas, entusiastas y felices – la única manera de encontrar la verdadera y duradera felicidad es: identificar tus fortalezas y habilidades y aprovecharlas para alcanzar metas ambiciosas.
De acuerdo con Seligman la vida placentera, la vida comprometida, las relaciones, la vida significativa y el sentido de logro son los distintos tipos de felicidad que existen.
En la antigua Grecia el concepto de felicidad se expresaba con el término eudaimonia, que puede traducirse literalmente como «estar con el buen demonio«. En realidad el término daimon indica un espíritu guía, un destino o… un propósito.
- Redescubre los pequeños placeres de la vida
Para encontrar la auténtica felicidad no tienes que esperar al momento en que alcances tus metas: puedes vivirla hoy. Busca tu desarrollo personal con estos consejos.
Uno de los ejercicios prácticos utilizados por la Psicología Positiva es el método de «rediseñar el día«. Este experimento requiere que los participantes describan en detalle las actividades de su día. Al día siguiente, en su agenda, los participantes tienen que votar en cada una de las actividades.
El método de «rediseño del día» requiere que los participantes reemplacen al menos 1 hora de actividades desagradables por 1 hora dedicada a los pequeños placeres de la vida. Los resultados del grupo de estudio mostraron que este pequeño cambio en la rutina diaria puede tener un impacto significativo en el nivel general de felicidad.
- Ve contracorriente
El término «flow» acuñado por la psicóloga norteamericana Mihaly Csikszentmihalyi (ha sido difícil escribirlo correctamente) sirve para referirse al estado mental en el que la persona está completamente absorta en una actividad con el único objetivo de la satisfacción y el placer de hacerla.
Tu felicidad está directamente relacionada con la capacidad de vivir cada vez con más frecuencia los momentos de inmersión total y la única manera de hacerlo es identificar lo que te fascina y ponerlo en el centro de tu vida.
Puede suceder que llegues a ese estado de inmersión total cantando, leyendo un libro que te apasione o trabajando en un proyecto que consideres importante.
- Escoge tus reacciones
El Dr. E. Tal Ben-Shahar es uno de los principales expertos en Psicología Positiva. Uno de sus cursos en la Universidad de Harvard está dedicado a las «reacciones«. Sus estudios demuestran que no son los acontecimientos externos los que determinan el estado de bienestar de los individuos, sino su capacidad para reaccionar correctamente ante tales acontecimientos.
De hecho, si bien es cierto que la vida está gobernada por la casualidad y que no puedes elegir qué eventos te suceden, también es cierto que siempre tienes control sobre tus reacciones.
- Aprende a ser generoso
Un interesante experimento de Harvard demuestra que gastar dinero en otros reporta más felicidad que gastarlo en uno mismo. Durante el estudio, el grupo de participantes se dividió en dos: al primer grupo se le pidió que gastara una suma de su propia elección en sí mismos; y al segundo que gastara el dinero en otras personas.
Todos los individuos del segundo grupo obtuvieron niveles de felicidad más altos que los del primero; además, los que habían dado más a los demás también habían sido los más felices.
Sigue creyendo que serás feliz cuando consigas esa promoción, ganes la lotería o conozcas al amor de tu vida.
Si sigues así, ¡te vas a condenar a la infelicidad eterna!. Vincular tu felicidad a sucesos del futuro te crea insatisfacción, es un completo error.
Hay al menos dos razones para que esto sea así:
-
a) tendemos a sobrestimar el impacto de los eventos futuros en nuestras vidas,
-
b) una vez que el evento que queríamos tiene lugar, tras un corto período de euforia, nuestro nivel de felicidad regresa a la media; es el llamado efecto de la «adaptación hedonista«.
Son muchos los que piensan que serán más felices cuando tengan más dinero (incluso a mí me pasa a veces). Pero los estudios científicos muestran claramente que es una creencia falsa.
Si bien es cierto que hay una gran diferencia entre no tener dinero y ser capaz de tener lo suficiente para satisfacer tus propias necesidades, la tasa de felicidad se mantiene prácticamente sin cambios si ganamos 50.000€/año o 500.000€/año.
Una vez que hemos pasado un nivel mínimo de ingresos, el dinero ya no impacta en nuestra felicidad. Prueba este pequeño experimento práctico: transforma «Seré feliz cuando…» por un «Ahora soy feliz porque…».
Ahora ya lo sabes. No hay excusa que valga. Está científicamente demostrado! 😉
Autor: Javier Corrales Ciganda. Licenciado en Psicología por la Universidad Universidad Miguel Hernández (UMH).