Cambios de vida saludables: los retos del medioambiente y la alimentación

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En los últimos 20 años hemos experimentado cambios de vida muy saludables en lo que respecta al modo en que cuidamos nuestro planeta, nuestro entorno e incluso nuestro propio cuerpo.

La comida basura e industrial, tan de moda durante las décadas de los años 80 y 90 han dado paso a una concienciación profunda acerca de los hábitos más saludables, dentro de un contexto donde la sostenibilidad es seguramente el término más adecuado para resumir el cambio de paradigma.

Todos estos cambios son el fruto de un amplio consenso y esfuerzo colectivo de académicos, medios de comunicación, sociedad civil y líderes políticos que han decidido avanzar en el modelo de sociedad, promoviendo hábitos de vida que permitan mejorar el bienestar tanto individual como colectivo.

Conseguir hábitos de vida saludables

Para lograr que una sociedad avance y logre cambios profundos en los modos de vida con uno mismo, con los demás y con el plantea, son necesarios los esfuerzos colectivos de muchos actores:

1. Profesores y educadores

El primer paso empieza en la escuela. Los profesores instruyen y transmiten a sus alumnos el conocimiento acerca de lo que necesitan para gozar de mayor bienestar individual y colectivo, concienciando acerca de hábitos de vida más saludable tanto en el cuidado del planeta como del propio individuo.

2. Legisladores y líderes políticos

Los líderes políticos y legisladores deben impulsar los mejores hábitos para el conjunto de la sociedad. Muchas veces las propuestas e iniciativas se quedan en brindis al sol, cambios más de cara a verter noticias que a acometer reformas de calado, por miedo a las implicaciones indirectas que puedan tener en algunos sectores económicos.

Por encima de todo debe primar la salud y el bienestar individual de los ciudadanos, garantizado a través de unos hábitos de vida saludables, que garanticen la mejor nutrición e información, la promoción de la actividad física y espiritual.

Esta realidad ha dado paso a la creación de nuevos ciclos formativos con mucho potencial de crecimiento debido a la alta demanda en la sociedad de profesionales que estén formados en dietética y hábitos deportivos. Un ejemplo de ello es la creación de un nuevo grado, el FP Grado Superior en Dietética con enfoque deportivo, para cubrir la creciente demanda.

3. Medios de Comunicación

Los medios de comunicación tienen un rol esencial. Son quienes dan voz a las voces más autorizadas, los creadores de opinión colectiva, que conciencian a las familias, líderes sindicales, políticos y demás autoridades para promover nuevos hábitos de vida saludables.

4. Agentes sociales

Las asociaciones ecologistas, deportivas, médicas, son también imprescindibles a la hora de trasladar los mensajes de concienciación en sus diferentes áreas de especialidad. Pero deben hacerlo de una manera responsable.

Generar un alarmismo exagerado puede ser contraproducente, llegando a generar el efecto contrario al deseado. El rigor técnico y científico debe ser siempre una premisa para gozar la la credibilidad y legitimidad necesarias.

5. Académicos

Seguramente sean la primera pieza de la cadena. Son ellos quienes, a través de sus estudios objetivos y metodológicamente creíbles, activan al resto de actores de la comunidad para generar los cambios. Uno de los retos más complicados a los que nos enfrentamos en la actualidad es a combatir las fake news y e estudios pseudo-científicos que pretenden generar corrientes de opinión interesadas.

Vivimos en la era de la información, saturados de noticias, expertos y opinólogos que nos bombardean con información de todo tipo. Sin duda, una de las prioridades en la agenda política de la sociedad actual es limitar y filtrar la información que llega de forma masiva a los ciudadanos para garantizar que sea de calidad, y se penalice a quienes, de forma interesada, propaguen información falaz.

Al mismo tiempo, es necesario contar con una sociedad formada, para detectar y discriminar aquella información que no goce de los criterios técnicos suficientes.

Medioambiente y alimentación

De todos los nuevos hábitos de vida, seguramente los más profundos tengan que ver con la salud, tanto del planeta como de uno mismo. Son múltiples los estudios, programas y conferencias tanto públicas como privadas dedicadas a estas dos áreas.

Seguramente la razón principal de este cambio, como la gran mayoría de los cambios sociales, se deben a una necesidad. En este caso, los recursos son finitos, la población creciente y el planeta se encuentra cada vez en un equilibrio más delicado, debido especialmente a la acción del hombre (emisiones que dañan la capa de ozono y provocan un sobrecalentamiento, explotación de los recursos naturales, etc.).

Todo ello ha llevado a promover unas políticas públicas que giran en torno al concepto de la sostenibilidad, que indirectamente han terminando repercutiendo en nuestra propia alimentación por varios factores: no es sostenible que toda la población pueda comer carne y la demanda en los países emergentes es creciente, la aparición de la obesidad en el mundo occidental por dietas desequilibradas y la concienciación acerca de la dieta saludable.

¿Qué es la alimentación sostenible?

Hay muchas maneras de definir la sostenibilidad del suministro de alimentos, aunque se puede situar dentro de una definición más amplia de «sostenibilidad», que es «la capacidad de todos de vivir bien dentro de los límites ecológicos de la Tierra». Aunque es una definición simple, lograr esto representa uno de los mayores desafíos para la humanidad en el siglo XXI. ¿Cómo podemos asegurarnos de que todos tengan acceso a cantidades suficientes de alimentos inocuos y asequibles para promover la salud humana y prevenir las enfermedades? Al mismo tiempo, ¿cómo preservamos la salud de los ecosistemas de nuestro planeta, que proporcionan los recursos vitales de los que todos dependemos?

Las dietas pobres están muy extendidas

Desde el punto de vista de la salud, la alimentación sostenible es un desafío mundial y debe considerarse junto con la malnutrición; otro problema mundial que incluye tanto la desnutrición (emaciación, retraso del crecimiento, insuficiencia ponderal y carencias de micronutrientes) como el exceso de nutrición (sobrepeso y obesidad). Muchos países están experimentando actualmente una «doble carga» o «triple carga» de malnutrición, en los que existe una combinación de estos problemas. En todo el mundo, más de 150 millones de niños menores de 5 años sufren de retraso en el crecimiento (baja estatura para la edad), mientras que más de 50 millones se ven afectados por la emaciación (bajo peso para la altura). En cambio, se cree que 38 millones de niños de este grupo de edad tienen sobrepeso o son obesos.

De manera similar, más de 1.900 millones de adultos en todo el mundo se definieron como con sobrepeso u obesos en 2016, en contraste con los 462 millones de adultos que tenían un peso inferior al normal.

A pesar de la preocupación por el exceso de ingesta de calorías en la población, los datos del Estudio Nacional sobre la Dieta y la Nutrición del Reino Unido indican una baja ingesta de varias vitaminas y minerales esenciales en algunos grupos, como los adolescentes y los adultos jóvenes. Por ejemplo, más del 20% de las adolescentes tienen un bajo consumo de calcio y vitamina A, más del 25% tienen un bajo consumo de zinc, yodo y riboflavina (vitamina B2), mientras que más del 50% tienen un bajo consumo de hierro. Aunque algunos de estos hallazgos no se han visto respaldados por pruebas de un estado deficiente (por ejemplo, la vitamina A) o existe incertidumbre sobre las consecuencias para la salud de ingestas inferiores a las recomendadas (por ejemplo, la vitamina B2), es preocupante que las ingestas de la mayoría de las vitaminas y minerales en la población del Reino Unido hayan tendido a disminuir entre 2008 y 2017.

La nutrición y los objetivos de desarrollo sostenible

Abordar el desequilibrio mundial de la nutrición, y sus causas, es un objetivo central de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) de las Naciones Unidas (ONU)1 , que se propusieron en 2015. Este conjunto de 17 ambiciosos objetivos también incorpora la necesidad de abordar el cambio climático y proteger nuestros ecosistemas marinos y terrestres al mismo tiempo. Se reconoce que las mejoras en la nutrición desempeñan un papel fundamental en el cumplimiento de todos los SDG, y el período 2016-2025 ha sido declarado una década de «acción sobre la nutrición» por la ONU.

 

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