El duelo se suele conceptualizar como una reacción a la muerte, aunque puede producirse en cualquier momento en que la realidad no sea lo que queríamos, esperábamos o deseábamos. En este post te explico cómo ser consciente de las 5 etapas del duelo.
El duelo puede experimentarse como reacción a cualquier pérdida significativa, ya sea la pérdida del trabajo, una relación sentimental, la pérdida del cuidado de los hijos o la de un ser querido. Aunque en lugar de consistir en una emoción o estado, se entiende mejor como un proceso.
Hay elementos consistentes dentro de cada etapa, pero el proceso de duelo es diferente para cada persona. Pueden aparecer síntomas de ansiedad y depresión, así como de trauma. Algunos de los más comunes son los pensamientos intrusivos, pesadillas, así como la sensación de desconexión con uno mismo y con el mundo.
El duelo persistente y traumático puede hacernos pasar por todas las etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Estas etapas son nuestros intentos de procesar el cambio y protegernos mientras nos adaptamos a una nueva realidad.
Comprender la naturaleza dinámica del duelo puede ayudar a quienes se enfrentan a la pérdida, así como a quienes ayudan a otras personas que están de duelo. Aquí tienes más información sobre las cinco etapas del duelo.
Etapas del duelo
Hace unos 50 años, los expertos observaron un patrón en la experiencia del duelo y lo resumieron como las «cinco etapas del duelo«. Hay organizaciones especializadas en ayudar a superar las fases del duelo, como Interfunerarias, y que son las siguientes: negación y aislamiento, ira, negociación, depresión y aceptación.
Los expertos han aclarado que alguien que está de duelo puede experimentar las cinco etapas en cualquier orden, y puede experimentar sólo algunas de las etapas en lugar de todas ellas.
Además, no hay una cantidad de tiempo determinada durante la cual una persona en duelo permanezca en una de las etapas, y alguien puede estar experimentando más de una de las etapas en un momento dado. En otras palabras, el duelo es una experiencia muy personal y llena de matices, y cada persona se aflige a su manera.
1. Negación y aislamiento
La negación es la primera de las cinco etapas del duelo. Cuando perdemos a alguien o algo importante para nosotros, es natural rechazar la idea de que pueda ser cierto. Nos ayuda a sobrevivir a la pérdida. En esta etapa, el mundo carece de sentido y se vuelve abrumador. Nos encontramos en un estado de shock y negación. Nos adormecemos. Nos preguntamos cómo podemos seguir, si podemos seguir, por qué debemos seguir.
A su vez, podemos aislarnos para evitar que nos recuerden la verdad. Otras personas que desean consolarnos pueden hacer que nos duela más mientras aún estamos asimilando la pérdida. La negación nos ayuda a controlar nuestros sentimientos de dolor. Cuando aceptas la realidad de la pérdida y empiezas a hacerte preguntas, sin saberlo, estás empezando el proceso de curación. Te haces más fuerte y la negación empieza a desaparecer. Pero a medida que avanzas, todos los sentimientos que estabas negando empiezan a aflorar.
2. La ira
Cuando ya no es posible vivir en la negación, es habitual frustrarse y enfadarse. Es una etapa necesaria del proceso de curación. Hay muchas otras emociones bajo la ira y llegarás a ellas con el tiempo. La ira es fuerza y puede ser un ancla, que da una estructura temporal a la nada de la pérdida.
Al principio, el dolor se siente como estar perdido y sin conexión con nada. Normalmente sabemos más de reprimir la ira que de sentirla. La ira es sólo una indicación más de la intensidad de tu amor. Podemos sentir que nos ha ocurrido algo extremadamente injusto y preguntarnos qué hemos hecho para merecerlo. En cualquier caso, es una emoción que tenemos que sentir y dejar pasar.
3. Negociación
En esta etapa, puede que intentemos cambiar de alguna manera las circunstancias de la situación que causa nuestro dolor. Haremos cualquier cosa para no sentir el dolor de esta pérdida. Nos quedamos en el pasado, intentando negociar nuestra salida del dolor.
Las etapas son respuestas a sentimientos que pueden durar minutos u horas, mientras entramos y salimos de una y otra. La negociación puede ayudar a la persona afligida a sobrellevar la situación, ya que le permite tener una sensación de control ante la impotencia de la pérdida.
4. Depresión
Si el duelo es un proceso de curación, la depresión es uno de los muchos pasos necesarios en el camino. Después de la negociación, nuestra atención se traslada directamente al presente. La pérdida de un ser querido es una situación muy deprimente, y la depresión es una respuesta normal y adecuada.
Se presentan sentimientos vacíos y el dolor entra en nuestras vidas a un nivel más profundo, más profundo de lo que nunca imaginamos. Sentirse extremadamente deprimido tras una pérdida es normal. Sin embargo, es importante ser consciente de que la depresión clínica es diferente del duelo.
5. Aceptación
Esta etapa consiste en aceptar la realidad de que nuestro ser querido se ha ido físicamente y reconocer que esta nueva realidad es la realidad permanente. Nunca nos gustará esta realidad ni nos parecerá bien, pero al final la aceptamos. Es la nueva norma con la que debemos aprender a vivir.
Nunca podremos reemplazar lo que se ha perdido, pero podemos establecer nuevas conexiones, nuevas relaciones significativas, nuevas interdependencias. En lugar de negar nuestros sentimientos, escuchamos nuestras necesidades. Nos movemos, cambiamos, crecemos, evolucionamos. Podemos empezar a acercarnos a los demás e implicarnos en sus vidas. Invertimos en nuestras amistades y en nuestra relación con nosotros mismos. Empezamos a vivir de nuevo, pero no podemos hacerlo hasta que hayamos dado al duelo su tiempo.