Es fundamental tomar conciencia de la necesidad del cuidado de la salud mental, especialmente en los tiempos que corren (pandemia, guerra). Esta situación nos lleva a enfrentamos a una segunda pandemia igual de grave, la de la salud mental.
Cuando la gente oye el término saludable, suele centrarse en las connotaciones físicas, como los niveles bajos de colesterol, la buena fuerza cardiovascular y la ausencia de enfermedades. Por desgracia, innumerables personas sufren problemas de salud mental que son tan debilitantes como algunas de las peores dolencias físicas.
Las amenazas a la salud mental son profundas dentro de las comunidades y tienen un gran alcance, afectando a los millones de individuos que han quedado traumatizados durante los cierres nacionales o regionales, que han quedado vulnerables al consumo de sustancias o a la soledad, que han perdido a sus seres queridos se enfrentan a una mayor ansiedad.
Además existen a menudo circunstancias culturales y situacionales, como las que históricamente han sufrido determinados colectivos, que pueden ser especialmente vulnerables. Algunos gabinetes psicológicos, como el de estos psicólogos en Bilbao, se especializan precisamente en este tipo de colectivos.
¿Cómo de común es la enfermedad mental?
Durante los últimos años, las necesidades de salud mental de los profesionales sanitarios han ido ganando atención como un importante problema de salud pública. Los profesionales sanitarios están expuestos a múltiples factores de estrés en su trabajo, que pueden influir en su bienestar físico, mental y emocional de forma negativa (4-6).
El suicidio es la principal causa de muerte no natural en España. Después de los tumores, es la principal causa de muerte en la juventud española (entre 12 y 29 años) y en el 2020 fue el año con más suicidios registrado en la historia de España desde que se tienen datos (año 1906).
Otros trastornos como la esquizofrenia hasta el trastorno bipolar en casos graves, pueden hacer casi imposible la vida cotidiana. Al mismo tiempo, innumerables personas viven también con adicción, depresión y trastorno de ansiedad.
Consecuencias de la falta de tratamiento
Los problemas de salud mental pueden hacer la vida insoportable a las personas que los padecen. Al mismo tiempo, estos problemas pueden tener un efecto más amplio en la sociedad en su conjunto, especialmente cuando no se tratan o se retrasa el tratamiento.
Algunas estadísticas de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI) de los Estados Unidos, arrojan luz sobre este hecho:
- Las enfermedades mentales graves cuestan a EE.UU. unos 193.200 millones de dólares en pérdidas de ingresos al año.
- Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y el trastorno bipolar, son el tercer motivo más común de hospitalización para los pacientes de entre 18 y 44 años.
- Los adultos estadounidenses que padecen una enfermedad mental mueren una media de 25 años antes que los demás, en gran parte debido a las afecciones tratables.
- El 37% de los estudiantes que padecen una enfermedad mental abandonan la escuela secundaria.
- Más del 90% de los niños que mueren por suicidio padecen una enfermedad mental.
Cuando se permite intervenir a tiempo, los servicios de salud mental pueden ayudar a reducir los costes sanitarios y liberar recursos limitados. Los estudios indican que las personas recurren a los servicios médicos con un 90% menos de frecuencia tras recibir una atención de salud mental adecuada.
Los servicios de salud mental también reducen el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con el estrés, la ansiedad y el abuso de sustancias. Y lo que es más importante, mejoran las perspectivas. Si crees que puedes padecer una enfermedad mental o si conoces a alguien que la padece, da pasos positivos hacia la recuperación poniéndote en contacto con un profesional de la salud mental hoy mismo.
Necesidades psicológicas
El impacto psicológico de los conflictos mundiales causan traumas que por lo general no se han tratado, aunque cada vez se les presta más atención. En la última década se han producido avances significativos en cuanto a la concienciación sobre las necesidades de salud mental y las lagunas existentes en la atención de calidad.
Sin embargo, aunque la concienciación sobre la salud mental ha aumentado y se dispone de tratamientos eficaces para las afecciones mentales, sabemos que en los países de ingresos bajos y medios, menos del 10% de las personas que lo necesitan reciben un tratamiento adecuado.
Qué se puede hacer para mejorar la concienciación de la salud mental
Es esencial tratar de ayudar a la gente a entender qué son los trastornos de salud mental y cómo reconocerlos. La falta de concienciación y el estigma son dos caras de la misma moneda. La falta de concienciación conduce a la estigmatización, la discriminación y la segregación, y esto hace que las personas oculten sus condiciones, aumentando su sufrimiento y aislamiento.
Aunque los conflictos y pandemias terminasen mañana, sus efectos en la salud psicológica se mantendrán y sentirán durante muchos años. Se necesita un enfoque integral a largo plazo que incluya más servicios para abordar la inminente crisis de salud mental. Si se pasan por alto, los problemas de salud mental pueden convertirse en problemas crónicos a mayor escala, lo que provoca el aislamiento de quienes padecen trastornos.