¿El amor dura toda la vida?

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Enamorarse es quizá el mayor subidón de la naturaleza. El mero hecho de ver a tu amado puede hacer que tu corazón se acelere, tus piernas flaqueen y tu cara se ruborice. Pero la pregunta del millón es, ¿el amor dura toda la vida?. En este post analizamos las etapas y fenómenos psicológicos del enamoramiento para que sepas a qué atenerte y cómo preservar viva la llama del amor.

Cuando observamos la vida media de las relaciones de pareja, hay una cosa muy clara: muchas veces se acaba el amor. La mayoría de las relaciones no llegan a ser duraderas, y menos al matrimonio. Y cada vez más, los matrimonios tampoco «llegan a buen puerto». Nos quedamos muchas veces buscando únicamente el amor utópico.

Ese amor utópico en el que sentimos mariposas en el estómago y no paramos de pensar en la persona, tiene que ver con las sustancias químicas de nuestro cerebro, una potente mezcla preparada por la naturaleza. Pero todo depende del concepto de amor que tengamos, y es importante matizar y conceptualizar adecuadamente.

El tipo de amor pasional, el romance o enamoramiento, nunca dura toda la vida. El enamoramiento es sólo una fase del amor, y cuanto antes lo acepte la sociedad, habrá menos divorcios y más personas satisfechas. En concreto, el amor tiene cuatro fases: inicio del amor pasional, paso al amor romántico, transformación del amor romántico y amor verdadero.

Las fases del amor

En muchas ocasiones, cuando se acaba el amor puede que nos estemos refiriendo a dos cosas diferentes: o bien cuando sentimos que la parte del amor pasional utópico, esa sensación de subidón termina, o bien cuando vemos que no podemos continuar con la otra persona porque no somos felices a su lado y ya no existe ni amor verdadero. Es importante diferenciar ambas situaciones (pérdida del amor utópico o pérdida del amor verdadero).

Si nos ocurre que estamos continuamente buscando esa sensación pasional de amor utópico, cortarás con todas tus parejas y sentirás una frustración continua. Es un síntoma de exagerado perfeccionismo e idealismo que nunca se puede encontrar. Por el contrario, si lo que sucede es que se ha acabado el amor verdadero, entonces tendrás que pasar tu duelo y aceptar la pérdida. Veamos las etapas del amor.

1. Inicio del amor pasional

Es la fase de la que todo el mundo habla, todas las películas, todas las novelas románticas, porque es divertida, excitante y emocionante.  En esta fase, no vemos la realidad: el amor es ciego. Vemos a las personas como queremos que sean, no como son.

Las sustancias químicas del cerebro, llamadas monoaminas, crean ese familiar subidón embriagador cuando estás con tu amado, o simplemente piensas en él. Disfrútalo porque estos sentimientos intensos desaparecerán en unos pocos años. Esta fase tiene un propósito importante: te prepara para el amor verdadero. Si no te enamoras de verdad de tu pareja, no estarás preparado para esa última fase.

2. Amor romántico

En realidad es una evolución o amor pasional mantenido en el tiempo de ese amor pasional, pero transformado en algo real, materializado en una relación de pareja que empieza a madurar y se empieza a conocer realmente a la persona, aunque todavía existe una percepción ensoñada de la pareja.

Es el estado que debemos trabajar para que, sin dejar de ser romántico, se transforme en amor verdadero, aceptando los defectos de la pareja y buscando aun así la compatibilidad, felicidad y compromiso.

3. Transformación del amor romántico

Todo el mundo pasa por esta fase, incluso las parejas más adorables y apasionadas que conoces. En una cultura que se centra casi exclusivamente en el amor romántico, puede ser muy alarmante cuando te das cuenta de que el subidón ha desaparecido, la pasión se ha esfumado y tu cónyuge ya no te acelera el pulso.

Piensa en este momento como una oportunidad para ver a tu pareja tal y como es realmente y decidir si has hecho la elección correcta. Cuando pierdes las sustancias químicas que te dan la euforia, empiezas a ver la realidad. Es una fase de reevaluación. Si sientes que, en general, has hecho una buena elección, aguanta.

Las personas que persiguen el romance y se divorcian en el momento en que se desenamoran nunca experimentarán el verdadero amor. Pero si realmente te das cuenta de que has cometido un error, puede ser el momento de romper y empezar de nuevo con una nueva pareja. Si no te desenamoras, no podrás enamorarte de otra persona, porque el cerebro humano está programado para amar a una persona cada vez.

4. El amor verdadero

Si decides que tu pareja sigue siendo la persona adecuada después de que termine la sensación más intensa de pasión, estás en camino de encontrar el amor verdadero. Sin dejar de abandonar ese amor romántico, el amor verdadero es más realista, más comprometido y crea un vínculo emocional mayor, aunque a primera vista parezca menos intenso.

Ocurre de forma gradual y lenta: normalmente empezarás a sentirlo uno o dos años después de la fase anterior. Tus sentimientos seguirán haciéndose más profundos con el paso de los años.

Impulsada por unas sustancias químicas denominadas nonapéptidos, esta fase garantiza un profundo vínculo entre tu pareja y tú, la forma que tiene la naturaleza de manteneros unidos para cuidar de vuestros hijos hasta que crezcan. El resultado es una relación más feliz, más fuerte y más duradera. Este es el amor definitivo.

Conclusiones finales sobre el amor

Las parejas deben esforzarse por conseguir un amor romántico profundamente satisfactorio, y saber que es un objetivo alcanzable. Pero para que sea satisfactorio, debe transformarse en un tipo de amor romántico verdadero, en el que se percibe a la pareja desde un prisma realista.

La noción fantasiosa de que el amor romántico «simplemente sucede» y/o «simplemente muere» de forma arbitraria no es realista. Las parejas deben saber que el amor romántico es posible, pero que, como la mayoría de las cosas buenas de la vida, requiere energía y devoción. Se debe adoptar la actitud adecuada de elegir amar a la otra persona.

Porque el amor romántico requiere trabajo para crearlo y mantenerlo. Existe una fantasía casi infantil en nuestra cultura de que el amor debería ser fácil y sin esfuerzo. Amar a alguien es un trabajo en el que debes aprender a amar a alguien de la forma en que quiere ser amado, y no de la forma en que crees que debería ser amado.

La intensidad, el compromiso y la excitación sexual a menudo requieren previsión, atención y crear el tiempo y el espacio para que se produzcan. Hace falta intención para que el amor romántico verdadero perdure. Requiere actuar de forma cariñosa y afectuosa, escuchar atentamente las necesidades, los deseos, los pensamientos y los sentimientos de la persona que amas. Así que si pones el trabajo en tu relación, puede que te sorprendas de lo mucho que acabas sacando de ella. Y la recompensa puede durar toda la vida.

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