El cuerpo endomorfo se caracteriza por tener una predisposición metabólica y una estructura corporal tendente a engordar fácilmente. Si es tu caso, toma nota de los siguientes consejos para endomorfos.
Los somatotipos son una forma de clasificar el físico humano según tres complexiones básicas. Los ectomorfos tienen un cuerpo delgado; los mesomorfos tienen una complexión fuerte y ancha; y los endomorfos tienen mayor grasa y un físico redondeado.
Un endomorfo extremo tiene un abdomen grande y redondo y brazos y piernas cortos, con mucha grasa en las extremidades superiores y muñecas y tobillos delgados. Ser un endomorfo tiene muchas implicaciones en la salud de una persona, incluyendo qué ejercicios son apropiados y las enfermedades crónicas a las que son propensos.
Qué es un endomorfo
El tipo de cuerpo endomorfo almacena más grasa que la media, se cansa fácilmente y tiene más apetito, lo que dificulta la pérdida de peso. Su complexión es más ancha que la de un ectomorfo o un mesomorfo, con una estructura ósea más grande, más fuerza, y acompañada de una grasa corporal significativamente mayor.
Desde una perspectiva metabólica, los tipos de cuerpo endomorfo suelen tener cierto grado de sensibilidad a los carbohidratos y a la insulina. Los alimentos ricos en carbohidratos se convierten rápidamente en azúcar en el torrente sanguíneo y es más probable que se almacenen en forma de grasa que se quemen para obtener energía.
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Implicaciones para la salud
El somatotipo se correlaciona con algunas enfermedades crónicas. Los estudios demuestran que los endomorfos padecen más enfermedades gastrointestinales que otros tipos de cuerpo. Independientemente del sexo, los que puntuaban alto en endomorfia son más propensos a sufrir enfermedades hepáticas e hipertensión auricular.
Muchos endomorfos tienen un mayor porcentaje de grasa corporal, lo que les hace correr un mayor riesgo de desarrollar diabetes, infertilidad, ciertas formas de cáncer, afecciones de la vesícula biliar, enfermedades cardíacas, diabetes, hipertensión y depresión. Afortunadamente, los desequilibrios hormonales pueden prevenirse o corregirse con un programa de nutrición y fitness que consiga reducir la grasa corporal.
Tipo de entrenamiento para endomorfos
Si tienes un tipo de cuerpo endomorfo hay que centrarse en quemar grasa mediante una combinación de cardio y entrenamiento con pesas. El acondicionamiento a base de intervalos, utilizando ejercicios que exijan a todo el cuerpo (sprints, saltos de caja y empujes de trineo, etc.), te ayudará a eliminar la grasa corporal.
El objetivo es conseguir que tu cuerpo queme tanto combustible como sea posible durante tus sesiones de entrenamiento y seguir maximizando esa quema de calorías mucho después de haber terminado. Destacas en los movimientos que requieren potencia y fuerza del peso corporal, así que intenta incorporar ejercicios y entrenamientos que te permitan superar tus límites en esas áreas.
Cuando no estés haciendo ejercicio, procura estar activo. Opta por los paseos, el yoga, los paseos en bicicleta… cualquier cosa que haga que tu cuerpo se mueva y queme calorías mientras estás «fuera».
Dieta para endomorfos
Como los endomorfos tienden a ser sensibles a los hidratos de carbono y a la insulina, el mejor plan de nutrición para este tipo de cuerpo se centra en una distribución uniforme de macronutrientes, con hidratos de carbono procedentes en su mayor parte de verduras y cantidades más pequeñas de almidones no refinados y ricos en fibra, como la quinoa y el amaranto.
Aléjate de los pasillos del pan, los cereales, las galletas y los bizcochos del supermercado. Una dieta tipo paleo es adecuada para un endomorfo, donde cada comida contiene proteínas, verduras y algunas grasas saludables, como el aguacate o el aceite de oliva. Apunta a una distribución de nutrientes cercana al 30% de carbohidratos, 35% de proteínas y 35% de grasas.